L
|
os
modos eclesiásticos son escalas musicales que fueron utilizadas en toda la edad
media con el fin de escribir música abarcando desde los cantos gregorianos
hasta la música secular o también llamada profana. La organización y
popularidad dada al estándar que los modos introdujeron se lo debemos a un monje con el nombre de
Hucbaldo, quién trataba de encontrar una técnica apropiada para la enseñanza
del correcto canto a los monjes discípulos de su comunidad. Inicialmente se
comenzó con la idea de ocho modos distintos, pero al paso de los años otras
personas fueron agregando más. Hay algunas eculiaridades que debemos de tener
en cueta cuando hablamos de modos eclesiásticos, estas son:
·
Todos los modos tienen una finalis (que corresponde a nuestra tónica),
ubicada en re, mi, fa y sol respectivamente.
·
Los modos se enumeran del I al VIII.
·
A los modos impares se les
nombra modos auténticos y a los pares, plagales.
·
Todos los modos tienen una dominante, que también recibe el nombre
de tono de recitación.
·
La dominante funciona como un centro de gravedad secundario y es la
altura en la cual se entonaba, en caso de que el canto fuera Salmódico.
·
En los modos auténticos la dominante está situada una quinta por encima
de la finalis, a menos que caiga en la nota Si, en cuyo caso se pasa a Do.
·
En los modos plagales la dominante está situada una tercera por debajo
de la dominante del modo auténtico correspondiente, a menos que esta caiga en
la nota Si, en cuyo caso se pasa a Do
Los modos auténticos son:
o
Protus (finalis en D)
o
Deuterus (finalis en E)
o
Tritus (finalis en F)
o
Tetrardus (finalis en G)
·
Los modos plagales comienzan una cuarta por debajo del correspondiente
modo auténtico, pero su finalis es la misma.
Los modos plagales son:
o
Protus Plagal (finalis en D)
o Deuterus Plagal (finalis en E)
o
Tritus Plagal (finalis en F)
o
Tetrardus Plagal (finalis en G)
·
Un modo se identifica por su finalis, su rango y su dominante
·
Dos escalas que constan de los mismos sonidos, se diferencian por sus
finalis y dominantes. En los libros litúrgicos de la Iglesia Católica, se
coloca en la parte de arriba de la partitura el modo en que está escrito
determinado canto.
·
Las melodías de los cantos no fueron escritas en alturas absolutas. Al
ejecutarlas se transportaban de acuerdo al rango de voces utilizado.
·
Con el tiempo, y más por una falta histórica, iniciaron a nombrarse los
modos eclesiásticos igual que los modos griegos: dórico, frigio, lidio y
mixolidio para los auténticos, e hipodórico, hipofrigio, hipolidio e
hipomixolidio para los plagales. Esta forma de nombrar los modos eclesiásticos
es la más usual actualmente.
·
Más adelante fueron adicionados tres modos más:
o
El modo Jónico, con finalis en Do
o
El modo Eólico, con finalis en La
o
El modo Locrio, con finalis en Si
Cuando
finalizó el Renacimiento el uso de este tipo de modos se fue abandonando
parcial y detenidamente hasta que éstos fueron sustituidos por los modos
griegos. Seguidamente,
con la aparición del sistema temperado como estándar de afinación los modos eclesiásticos
fueron abandonados por completo y se fue comprendiendo la música con un sistema
tonal. Y poco a poco fueron tomando mayor relevancia los modos jónico y Eólico,
que corresponden a nuestras escalas mayor y menor respectivamente.
Referencias:
No hay comentarios:
Publicar un comentario